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Yoga10

Desorden de personalidad evasiva

El trastorno de personalidad por evitación se caracteriza por una sensación de alienación en las relaciones interpersonales, inocencia e incapacidad para compartir.
Estas experiencias están asociadas a una concepción particular del yo y de las relaciones: el sujeto evitativo. cuenta incapaz y también incompetente a nivel social y por esta razón es propenso a ser rechazado y humillado por otros que podrían descubrir su insuficiencia y poca valía.

La evitación es una estrategia que se utiliza para evitar que el otro vea sus propios defectos, los lastime y los rechace. La evitación también conduce a evitar situaciones en las que una evaluación podría estar potencialmente en juego. Por lo tanto, el evitativo busca evitar asumir roles de responsabilidad que corren el riesgo de fracasar y reevaluar sus ambiciones, a menudo asumiendo roles que son más humildes o por debajo de sus capacidades reales.

Desde un punto de vista emocional, la emoción central es experimentada por el evitante. disforiaAngustia, junto con tristeza, combinada con un constante rechazo a los ansiados objetivos de relativa cercanía y separación.

Otro sentimiento importante lástima. El sujeto percibe muchos aspectos de sí mismo como deficientes y, por lo tanto, evita las relaciones sociales en las que tales deficiencias pueden «mostrar».

El evitativo también tiene dificultad para percibir sus propias emociones dolorosas, manifestación de la evitación cognitiva de acuerdo con la estrategia adoptada en el contexto relacional.

La evitación va a menudo de la mano de un acercamiento social progresivo, más allá del contexto de filiación familiar, tal vez vivido como conflictivo, pero siempre con fuerte dependencia. Los miembros de la familia a menudo ven la evitación como una forma de vida en lugar de un problema psicológico y, debido a esto, se retrasa la búsqueda de ayuda externa.

El miedo que acompaña a la creencia de que cualquier intento de relación fracasará lleva al evitativo a ser extremadamente complaciente con el otro, cediendo a todo deseo para no perderlo. Sin embargo, esto también hace que perciba la relación como una compulsión y experimente emociones como la ira y la frustración.

El evitativo a menudo sufre de un estado de ánimo deprimido por dedicarse a actividades solitarias que le dan placer y lo protegen de relaciones interpersonales potencialmente peligrosas, pero al mismo tiempo lo perciben como incapaz de vivir en una situación de relación. Debido al estado de ánimo deprimido, el evitativo pide ayuda y atención.

La terapia tiene como objetivo identificar y modular los sentimientos de extrañeza y desapego que se manifiestan en la relación con el terapeuta como lo hacen en la vida diaria del paciente. El paciente trabajará para mejorar el reconocimiento de sus emociones y su relación con variables ambientales y relacionales. Con el tiempo, trabajará para mejorar su capacidad de comprender las emociones y las intenciones de los demás de una manera que no las deje poco claras a sus ojos, lo que en consecuencia alimenta sentimientos de inadecuación y alienación.